Cuando se habla de la crisis de nuestra escuela, casi siempre se evocan motivos económicos -bajo presupuesto, caída general de la economía, pobreza, etc.- pero Ana Borzone, investigadora principal del Conicet que desde hace décadas coordina equipos que estudian los métodos de enseñanza de la lectoescritura, apunta a una causa de orden ideológico: la psicogénesis de la escritura, el método global, la creencia de que el niño aprende solo, por intuición, por tanteo, y que el maestro es apenas un guía. Son teorías tan ampliamente aplicadas como fracasadas.
El problema, explica Borzone, es que la reacción de las burocracias ministeriales es la de disimular el fracaso con medidas tales como unir los tres primeros años de enseñanza en un sólo ciclo y prohibir la repitencia. Se ha abandonado la enseñanza intensiva de la lecto-escritura en los primeros meses de escolaridad. Las consecuencias son dramáticas y se experimentan a lo largo de toda la primaria y secundaria. “Esto es una gran estafa -sostiene Borzone-: si los chicos no aprenden es porque se ha instalado en los Ministerios una línea ideológica que prohíbe la enseñanza sistemática de la lectura y la escritura”.
En esta charla con Infobae, la especialista también afirma que, con el método tradicional, que hizo grande a nuestra escuela, todos los niños pueden aprender a leer, escribir y comprender textos en primer grado, incluso en contextos vulnerables, como ciertos medios rurales, las villas de emergencia o las escuelas bilingües de los qom; todos ambientes en los que ha trabajado y confirmado su teoría.
— Últimamente se constata con frecuencia que los chicos terminan la primaria, y el secundario incluso, sin saber leer y escribir correctamente. ¿Cuál es la razón?
— En general tenemos buena información sobre las consecuencias de la crisis educativa, pero no se habla de las causas. Las consecuencias son que los chicos terminan primaria y aún secundaria sin leer ni escribir y sin comprender textos. Esto sucede desde hace varios años. Entonces, lo que tenemos que analizar son las causas y es lo que hemos hecho como equipo de investigación del Conicet y de distintas universidades nacionales. Y el nombre y apellido de la causa de la gran tragedia educativa y del fracaso escolar que tenemos en nuestro sistema educativo es “psicogénesis de la escritura”. Esta es una propuesta de enseñanza de la lectura y de la escritura, que se instala a través de un discurso ideológico en el sistema educativo a fines de la década del 80 y se consolida en la década del 90. ¿Qué plantea la psicogénesis? Que los niños, así como aprenden por inmersión a hablar, por contacto con otros que hablan, van a aprender a leer y a escribir por inmersión en un medio escrito.
— ¿Por qué es errado ese planteo?
— Ambas hipótesis son erradas. Primero, es verdad que el habla, el lenguaje, tiene una base biológica y que todos los chicos van a aprender a hablar, salvo ciertas excepciones. Sin embargo, también la oralidad tiene que enseñarse. Es decir que ya partimos de una premisa falsa. Tiene que enseñarse vocabulario, enseñarse los diferentes géneros discursivos. Los chicos tienen que aprender a describir, a explicar, a argumentar, porque si no se les enseña, no aprenden. Además se les tiene que enseñar a comprender textos oralmente y a producir textos orales. Por otro lado, la escritura es una invención cultural, no se puede reinventar, ya está inventada. Lo que plantea la psicogénesis es que los chicos tienen que descubrir. Es el aprendizaje por descubrimiento que ya hace años se ha cuestionado como metodología de enseñanza. Lo grave es que de ahí se desprende una metodología de enseñanza del sistema de escritura.
— ¿Cómo debe enseñarse la escritura?
— El sistema de escritura es dominar las correspondencias sonido-letra y poder leer y escribir palabras. La psicogénesis plantea un método global para ese tipo de enseñanza y prohíben, prohíben, la enseñanza sistemática de las correspondencias y el desarrollo de la conciencia fonológica.
— ¿Sería el viejo método silábico o letra a letra como se aprendía antes?
— No silábico, no, es el método fónico tradicional pero con un cambio, un cambio que hete aquí qué interesante y quiero remarcarlo porque los promotores de la psicogénesis se consideran progresistas porque no enseñan a leer y a escribir y esperan que el niño aprenda solo. El gran cambio lo dio un investigador soviético, (Daniel Borisovich) El Konin, cuando en la década del 60 planteó y cambió y mejoró el método fónico, que es la línea que nosotros seguimos, la línea que se adoptó en Cuba por ejemplo y por eso los chicos cubanos aprenden a leer y a escribir y los argentinos no. Es decir, primero se desarrolla conciencia fonológica, los chicos toman conciencia de que las palabras están formadas por sonidos, se introducen las letras y se van estableciendo las correspondencias y de esa manera a través de este camino aprenden a leer y a escribir.
— El método global, ¡ cómo funciona en la práctica?. Por ejemplo, ¿a los chicos se les da una palabra, un texto, y ellos tienen que deducir?
— Claro, tiene que inventar. Tiene que adivinar lo que dice. Tiene que adivinar la palabra por el largo. O por el dibujito que pueda tener el texto. Y el modelo que toma la psicogénesis se llama precisamente “la lectura, un juego psicolingüístico de adivinanzas”. En lugar de leer el chico tiene que adivinar. Se dejó de enseñar a leer y a escribir y entonces los chicos no aprendieron en tiempo y forma como aprendían en la escuela pública de excelencia que tuvimos. Y qué hicieron, como los chicos no aprendían, la gran estafa, la primera gran estafa, fue agrupar los tres primeros grados y que tuvieran promoción automática.
— Cuando se estableció que no se podía repetir primer grado el argumento fue que al chico le toma dos años aprender a leer y escribir.
— El español, aprender a leer y escribir el español toma cuatro meses. Dominar el sistema de escritura, con la metodología adecuada, cuatro, cinco, seis meses. No más. Porque por su ortografía y su fonética, el español es una lengua muy fácil de aprender a leer y a escribir. Entonces, la unidad pedagógica, promoverlos automáticamente, fue la primera estafa que el sistema educativo les hizo a los chicos y a los docentes. Porque a los docentes, que antes lograban que sus chicos aprendieran a leer y a escribir, porque les enseñaban, les prohibieron enseñar. Estafaron también a los docentes. No les enseñaron a enseñar en forma adecuada. La Argentina mantiene un sistema de enseñanza del sistema de escritura y de la comprensión que ha sido abandonado en el resto del mundo. En ningún país de Latinoamérica se utiliza.
— De Latinoamérica.
— En ningún país del mundo. Cuando ese método empezó a fallar en Francia, por ejemplo, salían artículos en los diarios que decían que las escuelas se habían transformado en una fábrica de disléxicos. Las escuelas argentinas hoy son una fábrica de disléxicos. ¿Por qué? Los disléxicos tienen un problema real: no pueden desarrollar conciencia fonológica y les cuesta aprender las correspondencias. En este caso, como las correspondencias no se enseñan, los chicos se desempeñan como disléxicos.
— ¿En la práctica qué significa?
— Que no pueden leer las palabras, que tratan de adivinarlas. Que se confunden. A mí me han convocado de hospitales como el Gutiérrez o el Fernández de la Ciudad de Buenos Aires porque reciben muchísimos chicos con diagnóstico de dislexia. Ahora, salvo que la Argentina tenga una maldición, no puede haber tantos chicos disléxicos. Entonces qué pasa, que nuestras escuelas son una fábrica de disléxicos.
— ¿Es reversible eso?
— Es reversible. Lo que sucede es que esto ya deja huella. Todo el trabajo que no se hizo en su momento, y tenemos que pensar en la plasticidad cerebral, en qué se enseña, en que hay que revertir una mala enseñanza que ya ha desarrollado estrategias erróneas para leer y escribir, y esas estrategias erróneas ya son conexiones neurales, ya son patrones neurales. Entonces, para que ese chico al que le enseñaron mal a leer y a escribir pueda aprender, hay que hacer un esfuerzo muy grande porque el sistema educativo ya no enseña en tiempo y forma como enseñó siempre, por eso la escuela pública argentina tuvo la excelencia que tuvo Con el maestro Luis Iglesias, en la década del 50, en la escuela rural perdida en La Pampa chicos de 11 años leían Julio Verne. ¿Pueden hoy los chicos leer Julio Verne? Hoy los chicos no pueden leer nada y no pueden comprender. Tenemos que analizar las causas y todos los que trabajamos en lectura en las universidades nacionales, en el CONICET, y en otros centros de investigación del país, estamos de acuerdo con que la causa del fracaso de nuestros chicos, que tiene consecuencias sociales gravísimas, gravísimas, la causa es que a los chicos no se les enseña a leer y a escribir…
— Usted destaca la importancia de este aprendizaje, porque leer y escribir no es una cosa más que se aprende en la escuela, sino la herramienta definitiva. El que no sabe leer o no entiende lo que lee no puede estudiar.
— No puede aprender. Los chicos nuestros no aprenden nada, porque no pueden leer. El lenguaje es el instrumento para el aprendizaje, para todo aprendizaje. Los chicos no pueden aprender todo a través de la experiencia directa. Bueno, ahora los llevamos al Polo Norte para que vean cómo es el Polo Norte. No. Lo aprenden a través del lenguaje. Entonces, si tienen un vocabulario paupérrimo, porque la psicogénesis no enseña vocabulario, la psicogénesis no enseña estrategias de comprensión, no pueden comprender los textos y el primer paso para aprender cualquier contenido de cualquier materia es poder comprender. Si no se les enseña el proceso de comprensión no van a poder comprender el texto y no van a poder aprender de los textos. Es decir que se arma una bola de nieve, que cada vez se hace más grande y cada vez los chicos tienen mayor retroceso lingüístico y cognitivo.
— Usted dice que ya no se usa en el mundo este método global, ¿por qué?
— En 1967 se publicó un libro de Jeanne Chall, una investigadora norteamericana, que pasó seis, siete años estudiando, comparando y evaluando a chicos que aprendían con un método global como la psicogénesis y chicos que aprendían con un método fónico. Y el resultado fue que el método global producía graves retrasos en el aprendizaje y por eso se abandonó. Esta metodología a la Argentina llega de la mano de un seudo progresismo que sostiene que los niños tienen que aprender solos, que tienen que aprender descubriendo ellos qué significan las palabras en un texto. No, los chicos no pueden inferir el significado de una palabra que no conocen, el docente tiene que enseñarles el significado de la palabra.
Esta metodología llega a la Argentina de la mano de un seudo progresismo que sostiene que los niños tienen que aprender solos, descubriendo qué significan las palabras en un texto (Borzone)
— De ahí viene la costumbre de no corregirles los errores de ortografía, para no coartar su libertad…
— Claro. Es todo un discurso político, no es un discurso científico y académico. Es grave que el sistema educativo no atienda a la ciencia, que sea un ámbito no científico. Porque además es un ámbito que está desarrollando cerebros, está trabajando con chicos cuyo futuro depende de la educación. El ex presidente de Uruguay José Mujica decía que estos chicos no van a ser explotados, estos chicos que no comprenden los textos van a ser prescindibles. La escuela está generando miles de chicos prescindibles para la sociedad. Eso es lo grave.
— En 2012, cuando Alberto Sileoni anunció que no se repetiría más primer grado porque según él los chicos tardan dos años en aprender a leer y escribir, dijo que los principales beneficiarios de esta política serían los chicos más carenciados. Hay una subestimación: creen que por ser pobre el chico no puede aprender a leer y a escribir en tiempo y forma, entonces se lo termina condenando a la marginalidad perpetua…
— Precisamente. Lo que pasa es que estafan. Tapan los errores, no los reconocen, y los tapan con estafas. Con estafas de promoción, ahora la nueva estafa del secundario. Son todas estafas al sistema. Yo empecé a trabajar en la década del 80 con un grupo de niños de una villa de emergencia, chicos de 5 años. Aprendieron a leer y a escribir a los 5 años. Eran chicos del sector más vulnerable, más vulnerable aún que los de sectores rurales. Luego trabajamos en la ruralidad y todos los chicos aprendían a leer y a escribir en primer grado. Hemos trabajado en escuelas bilingües español-qom, escuelas tobas. ¿Hay más marginalidad que en el Chaco y en las escuelas tobas? Y los chicos a fin de primer grado leían y escribían en su lengua qom y en español. Tenemos todos los datos para demostrar que esto es una gran estafa y que si los chicos no aprenden es porque se ha instalado en los Ministerios una especie de línea ideológica que prohíbe la enseñanza sistemática de la lectura y la escritura. Va en contra de la ciencia y de todo lo que se ha investigado en estos últimos 50 años.
— ¿Encontró receptividad en algún político, en alguna autoridad para cambiar esto alguna vez?
— Afortunadamente, antes de asumir como gobernador (de Mendoza), Alfredo Cornejo dijo que el objetivo de su gestión era que los chicos aprendieran a leer y a escribir. Y convocó a científicos, no convocó a los amigos, ni a los conocidos. Me convocó a mí porque hace más de 50 años que estudio este tema y mis investigaciones demuestran que todos los chicos aprenden a leer y a escribir en primer grado. Adoptaron esta propuesta en 2016: desde jardín los chicos empiezan a ingresar al proceso de alfabetización, a aprender a leer y a escribir y continúan en primer grado. Miles de docentes se están capacitando en Mendoza. También tenemos datos con respecto a los resultados de nuestra propuesta en la virtualidad. Con los materiales adecuados y con capacitación docente, los chicos han aprendido a leer y escribir a pesar de la virtualidad. A fin de primer grado pueden escribir textos breves solos, en forma autónoma, sin faltas de ortografía, porque desde un principio se enseña la ortografía, y leer solos y contestar por escrito preguntas de comprensión de un texto. Eso está estudiado, evaluado, están los datos, los presentamos el año pasado en un congreso de ciencias cognitiva en Uruguay y mostramos cómo los chicos pueden alcanzar ese nivel. Un nivel que todos los chicos de nuestro país pueden y deben alcanzar.
“Esto es una gran estafa y si los chicos no aprenden es porque se ha instalado en los Ministerios una línea ideológica que prohíbe la enseñanza sistemática de la lectura y la escritura. V
— Hay algunas prácticas que, de la mano de la psicogénesis, fueron también desterradas, como la lectura en voz alta y la memorización. ¿Qué piensa de eso?
— La lectura en voz alta es fundamental al principio de la escolarización. Los chicos necesitan al comienzo leer en voz alta porque al hacerlo están articulando las palabras, y esa articulación sirve para que recuerden las palabras y puedan establecer relaciones, porque comprender es ir estableciendo relaciones entre palabras, realizar inferencias. Además porque el chico tiene que leer con prosodia y la única manera de incorporar la prosodia, es decir la entonación a la lectura…
— Las pausas.
— Las pausas. Ahora bien, ¿por qué se prohibió la lectura en voz alta? Porque al niño se lo colocaba en una situación de vergüenza. Por supuesto, porque nadie le había enseñado a leer y le estaban pidiendo que hiciera algo que no le habían enseñado. Pensemos la situación didáctica para que el chico no se sienta mal leyendo en voz alta. Lo hacemos como un juego, vamos a jugar a la radio, por ejemplo. En nuestro programa “Queremos aprender” tenemos una propuesta de alfabetización, de desarrollo integral para la alfabetización temprana. El avance que han hecho los programas de alfabetización en el mundo es que no se trabaja sólo la enseñanza de la lectura y la escritura sino también las habilidades lingüísticas orales y las habilidades socio-emocionales y cognitivas que sostienen los aprendizajes, que son fundamentales para todo aprendizaje. Tenemos que volver a formar a los docentes en algo más que prohibido enseñar ortografía, prohibido enseñar vocabulario, los chicos tienen que adivinar… Tenemos que empezar a enseñar en forma sistemática e intensiva.
— ¿Y la memorización?
— Otra cosa fundamental. No significa que le vamos a enseñar de memoria pero vamos a trabajar con la memoria porque el chico necesita retener información. El tema es cómo. Le vamos a enseñar a retener información explicando, haciendo preguntas, trabajando los textos, enseñándoles las palabras que no conocen y vamos a hacer una lectura interactiva junto con ellos de manera de ir incorporando a su memoria la información. Pero la memoria es fundamental.
— Hay cosas que se tienen que aprender de memoria. Las tablas de multiplicar, el alfabeto…
— El alfabeto se tiene que aprender de memoria.
— Las tablas de multiplicar se aprenden de una vez y para siempre. Si uno no las sabe es imposible calcular. Y se aprenden cuando la memoria es una esponja, antes de los 8, 10 años, después es más difícil.
— Así es. Pero lamentablemente se estafó a los docentes, se los sigue estafando, diciéndoles no, no pueden poner el alfabeto, no lo pueden enseñar. Todo es “no pueden enseñar”. El resultado es que los chicos no aprenden porque los chicos aprenden cuando se les enseña.
— Hay un aspecto ergonómico de la escritura que tampoco se enseña ya. Los jóvenes de hoy toman la lapicera de cualquier forma, cuando hacerlo correctamente no es una arbitrariedad ni un autoritarismo, es el estudio de cuál es la forma más fácil y cómoda para tomar la lapicera y escribir más rápido…
— Lo que pasa es que la psicogénesis, como toda ideología, genera un enemigo. Para posicionarse y seguir estando posicionada genera un enemigo. ¿Cuál es el enemigo? El conductismo. Por eso suprimieron y prohibieron la práctica. Pero todo aprendizaje se logra a través de la práctica. ¿Qué hace el pianista? Practica ocho horas diarias. Todos practicamos. Entonces al suprimir la práctica a los chicos no les enseñan a tomar el lápiz, no practican el trazado…
— Los famosos palotes…
— No se practica entonces no desarrollan motricidad fina. Y para la escritura necesitamos motricidad fina. ¿Cómo les cuesta tanto trazar las letras, por qué? Porque no aprendieron a hacerlo. En nuestras investigaciones confirmamos que en tres meses con práctica de trazado desde el jardín los chicos en tres o cuatro meses escriben con una cursiva muy legible e impecable. Como siempre escribimos, cuando nuestra escuela pública era un factor de promoción social. Hoy es un factor lamentablemente de discriminación social.
— De estancamiento.
— De discriminación social, porque a los chicos que van a la escuela pública, algunos en la escuela privada van a aprender mejor, pero aun en las privadas tampoco se les enseña bien. Estamos generando una brecha educacional con consecuencias sociales tremendas. Tremendas. Esos chicos son prescindibles, significa que no se pueden incorporar a la sociedad, al mundo laboral, porque no tienen los instrumentos básicos que son la lectura y la escritura. Y lo que implica de desarrollo neurológico ese aprendizaje. Porque los analfabetos o semi-analfabetos, lo estudia la neurociencia, tienen otra organización cerebral y otros problemas cognitivos.
— ¿Qué pasa con la repitencia? Porque todas esas estafas a las que usted hace referencia las justifican con el argumento de que repetir no sirve para nada, que es muy traumático, etcétera.
— Primero, empecemos a enseñar en forma adecuada, sistemática e intensiva. Segundo, a mitad de primer grado se evalúa a los chicos. Los chicos que tienen un desfasaje tendrán una maestra recuperadora que intensifica el aprendizaje de tal manera que, excepto que haya realmente dislexia, todos llegan a fin de primer grado leyendo y escribiendo.El sistema primero tiene que cambiar la manera de enseñar a leer y escribir. Si no la cambian no va a cambiar nada y cada vez los resultados van a ser peores. Porque la Argentina hace 20 años que lo único que hace es retrasarse y tener peores resultados en las evaluaciones, lo cual implica que muchos chicos abandonan el secundario. Yo he estado con chiquitos que este año ingresan a secundario y ellos mismos me dicen que no saben leer ni escribir.
— Es terrible eso.
— Es terrible lo que están haciendo. Están matando generaciones. Porque no les están dando la posibilidad de una vida distinta. ¿Y todo por qué? Porque se han apoderado de los Ministerios, se han aferrado a los Ministerios y no aceptan el cambio aun cuando uno les muestre los datos. El ámbito educativo está actuando en la Argentina como un ámbito no científico, no atienden a los resultados de las investigaciones. No tienen datos para mostrar, lo único que muestran es fracaso. Pero disfrazan el fracaso diciendo que los chicos tienen tiempo para aprender a leer y a escribir. No tienen tiempo. Tenemos un problema serio. Tenemos que ir a las causas. No hablemos más de las consecuencias, las consecuencias ya las tenemos: los chicos llegan a las universidades, a los institutos, y no leen ni escriben. Y hace años que, cuando dicto un seminario sobre comprensión por ejemplo, los profesores de secundaria o de instituto de profesorado y hasta de la Universidad me dicen: cómo les enseño, cómo les enseñamos a los chicos a leer y a escribir cuando salen del secundario sin leer ni escribir. Entonces ahora hay que enseñarles a leer y a escribir después del secundario. ¿Cuántos años hicieron y no aprendieron a leer ni a escribir? ¿Cuántos años estuvieron en la escuela? ¿Para qué fueron? No hablemos más de los datos del fracaso, hablemos de las causas. Si seguimos hablando del fracaso, seguimos llorando porque nuestros chicos no aprenden. ¿Por qué no nos preguntamos por qué y tratamos de solucionarlo?
— Lo que se hace es barrer bajo la alfombra: no quieren hacer pruebas, no quieren evaluar, no quieren dar cifras. Dar cifras es estigmatizar. Con el argumento de la estigmatización vamos tapando todos los agujeros porque no hay que decir que los chicos salen sin aprender porque los estamos ofendiendo.
— Lo vuelvo a repetir: grupos urbanos marginados, escuelas rurales… trabajamos en un momento con todas las escuelas rurales de La Rioja, y todos los chicos aprendían a leer y a escribir en primer grado. Luego se suspendió el programa, por supuesto, a ver si los chicos podían empezar a pensar. Trabajamos también con comunidades aborígenes y aprendían en dos lenguas a leer y a escribir. Los datos están y no los quieren ver. No los aceptan.
— Habrá que seguir difundiéndolos…
— Hace más de 30 años que peleo contra esto. No voy a morir tan frustrada gracias a Mendoza. Pero es muy doloroso ver con cuán poco se puede enseñar a leer y a escribir y que no se lo ponga en práctica. Lo que siento, y quiero cerrar con esto, es como tener pan en la mano, ver cómo los chicos se mueren de hambre y prohibirme a mí darles el pan.
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