El 2 de julio, cuando atacaron a Agustina Fernández, Pablo Parra manejó su auto Hyundai para hacer distintos mandados. De acuerdo a su relato, vio a su padre y le dejó una parrilla. También pasó por una heladería y una despensa. Ese día, iba a comer con la joven estudiante Agustina Fernández. Ella lo esperaba en el departamento que su amigo alquilaba, sobre calle Confluencia al 1300.
También tenía en su poder una camioneta del trabajo que utiliza de lunes a viernes y fue peritada horas después del ataque. Faltaba que la Policía examinara su auto, el que permaneció secuestrado todo este tiempo.
Consultado sobre la pericia, Pablo Parra contó a LMCipolletti lo que vio. “No tengo nada que ocultar”, afirmó.
Dijo que fue con testigos porque quería estar presente, y filmó parte del peritaje que se ejecutó sobre su auto.
Contó que se hizo de noche. El auto estaba en un depósito judicial donde permaneció a resguardo todo este tiempo. No es un detalle más que la pericia se haya realizado de noche porque el reactivo utilizado -Luminol Bluestar Forensic- se puede apreciar en la oscuridad.
Los peritos disolvieron dos pastillas en agua destilada y rociaron todo su auto, por adentro y por afuera. “Después de eso, me lo entregaron. No encontraron nada”, aseveró Parra
En principio, se buscaba el arma -contundente- con la que mataron a golpes a Agustina. También manchas de sangre. Pero ni una cosa ni la otra fue hallada. Fuentes con acceso a la causa consultadas por LMCipolletti también corroboraron esta situación. Por eso, después de casi dos meses Pablo Parra recuperó su auto.
De igual forma, reconoció que cada tanto la Fiscalía y la Policía lo van a estar llamando para hacerle preguntas. De hecho, esta semana fue nuevamente entrevistado. Se le hicieron algunas preguntas de rigor. También se amplió el interrogatorio a otros testigos de su círculo, los cuales van a ser citados próximamente. Por ejemplo, gente que lo visitó en el último tiempo, mientras alquilaba el departamento donde atacaron a Agustina.
No obstante, hasta el momento la hipótesis más fuerte se corre de Parra y va por otro lado. Es que hay prueba objetiva reunida por los investigadores sobre lo que dice.
En cuanto al devenir de la investigación, no quiso emitir opinión. Ni pudo hablar aún con la madre de la joven asesinada.
Fuentes con acceso a la causa indicaron que se sigue trabajando para dar con el o los autores; y si bien no se descarta ninguna línea de investigación, por ahora la que mayor firmeza tiene es la hipótesis de robo. “Seguimos con esperanza”, indicaron.
En su momento se informó que del departamento se llevaron dólares, dos celulares, una cruz de plata y un bolso con ropa.
Del cúmulo de prueba que existe en torno a la causa, hay un elemento clave que fue secuestrado. Sin embargo, de allí lamentablemente no se pudo extraer ADN. Se trata de la escalera que utilizaron para cometer el presunto atraco.
Siguiendo esa línea, una o más personas la utilizaron para meterse al patio trasero del que fue el departamento de Pablo Parra, ubicado en la planta baja del complejo. La escalera estaba en el patio del vecino, quien está en obra.
Los investigadores policiales creen que se hicieron de la escalera para entrar al departamento de Parra pero salieron por la puerta, por la disposición de la escalera al momento del hallazgo. Quedó en posición horizontal, en el patio del vecino.
De ser así, habrían salido por la puerta del departamento con la copia de la llave que tenía Agustina en su poder, más la llave de acceso al complejo.
Anahí Cárdena
Ya sabemos que la cámara de seguridad del complejo estaba de adorno, de modo que no hay registro de la posible fuga del autor o los autores del femicidio de Agustina por el edificio.
El vecino y propietario de la obra fue consultado oportunamente sobre la gente que trabajó en la construcción. Sin embargo, no recuerda bien a todos por nombre y apellido. Aunque algunos sí y la Policía se encargó de ubicarlos y comparar su ADN con el perfil genético de un hombre. Por ahora, todas las muestras fueron negativas.
Recordemos que el ADN de un hombre no identificado aún fue hallado en las manos de Agustina por un laboratorio genético forense ubicado en Bariloche.
Mientras tanto, se siguen revisando las más de 400 horas de video en la zona, con la esperanza de encontrar algún indicio, como así también se coteja el ADN de detenidos en otras causas violentas y otras personas sospechosas, por ahora con resultados negativos.
En cuanto al identikit de un hombre que pasó por la zona, no precisamente por el departamento, mucha gente manifestó en las redes que resulta inventado. Incluso la propia madre de Agustina en algún momento puso en dudas que ayude a esclarecer el crimen. “Yo no creo en el identikit”, dijo en su momento, en declaraciones a este medio.
Sin embargo, para fuentes de la investigación el identikit elaborado y difundido por la fiscalía cipoleña es real como también es real que la persona no aparece, pese a que hay una recompensa de un millón de pesos para quien aporte datos fehacientes.
Identikit elaborado y difundido por la Fiscalía cipoleña.
Según la información con la que se cuenta hasta el momento, el hombre tendría entre 20 y 30 años, mide entre 1.60 y 1.70 metros, es de tez blanca y cabello oscuro.
La característica más particular que tiene es que cuenta con una serie de tatuajes en el rostro y en sus manos. En sus cejas un tatuaje que se puede describir como un número 10, sumado a otros similares a cruces. En sus manos tiene una serie de dibujos entre los que se destacan las letras que conforman la palabra “ROCK” en sus dedos.
Se solicita a toda la sociedad que en caso de conocer u observar a personas con características como las informadas, de inmediato aviso a las autoridades judiciales o policiales intervinientes.
Se pone a disposición para lo anterior el teléfono celular del turno de la fiscalía (0299) 154167314, al teléfono de emergencias línea 911 o a la unidad policial más cercana.
Mañana viernes se cumplen dos meses del ataque brutal que sufrió Agustina, de 19 años. Tres días después, los médicos declararon su muerte en el hospital de Cipolletti y se activó el protocolo para la ablación de sus órganos.
A dos meses, la causa está abierta, se sigue trabajando sin descanso como el primer día, pero no hay certezas sobre quién o quiénes la mataron.
Aunque la principal hipótesis sigue siendo la del robo, en Río Negro toda muerte violenta de una mujer se investiga con perspectiva de género y bajo la calificación legal de femicidio.
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