Israel dio este lunes pasos para un posible ataque contra el grupo Hamas en una ciudad de la Franja de Gaza desbordada por desplazados, pese a temores de la ONU de una matanza de palestinos, mientras que el primer ministro palestino presentó su renuncia y abrió la puerta a una reforma del órgano de Gobierno autónomo que Estados Unidos espera se haga cargo de Gaza tras la guerra.
El secretario general de la ONU, António Guterres, alertó que la prevista ofensiva militar terrestre de Israel en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, sería la “sentencia de muerte” para los programas de ayuda humanitaria en el territorio palestino, poco después de que el Ejército israelí anunciara un plan de “evacuación” de los civiles.
La ofensiva contra Hamas en Rafah “no sólo sería aterradora para el más de 1 millón de civiles palestinos refugiados allí, sino que marcaría la sentencia de muerte para nuestros programas de ayuda”, advirtió Guterres en la apertura de la 55ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.
Rafah, en el extremo sur de la Franja, junto a la frontera cerrada de Egipto, es el único acceso de la ayuda humanitaria, que sigue siendo “totalmente insuficiente” para el territorio, subrayó.
Gran parte de la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, principal aliado de Israel, intenta disuadir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de entrar en Rafah, donde se hacinan, según la ONU, cerca de 1,5 millones de palestinos, más de la mitad de la población de la Franja de Gaza, casi todos ellos desplazados por meses de combates y bombardeos.
Pero el dirigente israelí defiende su operación terrestre en el que es, en su opinión, el “último bastión” de Hamas.
“Tiene que hacerse porque la victoria total es nuestro objetivo y la victoria total está al alcance”, dijo el domingo en una entrevista con la cadena estadounidense CBS.
El Ejército israelí presentó este lunes “un plan para evacuar civiles de áreas de combate en la Franja de Gaza, junto con un plan operativo”, según la oficina de Netanyahu.
No trascendió ninguna precisión sobre esta evacuación, pero Netanyahu dijo la víspera a CBS que había “lugar” para los civiles “en el norte de Rafah, en las zonas donde terminamos los combates”.
Pero esos sectores siguen bajo bombardeos israelíes.
Varios ataques golpearon en la noche del domingo en Rafah, Khan Yunis, a pocos kilómetros al norte de Rafah, y el barrio de Zeitun de la norteña Ciudad de Gaza, informaron residentes y la agencia de noticias AFP.
El Ministerio de Salud de Gaza, donde Hamas gobierna desde 2007, anunció hoy que 92 palestinos murieron en esos bombardeos.
La situación en la Franja de Gaza, en tanto, no deja de empeorar y 2,2 millones de personas, la inmensa mayoría de la población, se enfrentan a una “hambruna masiva”, según la ONU.
Los bombardeos no cesan y la ayuda humanitaria entra con cuentagotas por el paso de Rafah, y depende del visto bueno de Israel, que impuso un asedio total en el enclave.
La oficina de Netanyahu indicó este lunes que el Ejército también había aprobado un plan de suministro de ayuda “que evitará saqueos”.
Varios palestinos aseguraron a la AFP que se han visto obligados a comer hojas y forraje para ganado para sobrevivir, ya que los pocos convoyes que consiguen llegar al norte son saqueados por la población.
“Nos morimos de hambre”, dijo el palestino Abdullah al Aqra, de 40 años, refugiado en el oeste de Ciudad de Gaza, tras haber huido del Beit Lahiya, más al norte.
En el plano diplomático, representantes de Egipto, Qatar, Estados Unidos y de Israel y Hamas reanudaron ayer negociaciones en Doha de cara a una tregua, a las que seguirán “reuniones en El Cairo”, según el canal AlQahera News, cercano a los servicios de inteligencia egipcios.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aseguró que, en una reunión en París, representantes israelíes, estadounidenses, egipcios y cataríes “llegaron a un entendimiento” sobre “los contornos básicos” de un acuerdo sobre rehenes para “un cese el fuego temporal”.
Según una fuente de Hamas, el plan contiene una tregua de seis semanas y el canje de rehenes por presos palestinos, así como la entrada de una gran cantidad de ayuda humanitaria.
La guerra también avivó las tensiones en la frontera entre Israel y Líbano, donde se producen cruces de disparos diarios entre el Ejército israelí y el movimiento islamista libanés proiraní Hezbollah, aliado de Hamás.
Este lunes, el Ejército israelí bombardeó objetivos del grupo chiita en el este del país, mucho más en el interior del territorio, y mató a dos de sus combatientes.
Hezbollah anunció luego que lanzó 60 cohetes contra una base militar israelí en los Altos del Golán, una meseta del sur ocupada por Israel desde 1967.
FUENTE TELAM
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