Los paneles táctiles que usamos en la actualidad —por ejemplo, el touchpad de las computadoras portátiles— precisan sensores electrónicos para detectar la fuerza, la extensión y la ubicación de los contactos, en ese caso de un dedo que pretende mover el cursor en la pantalla. Un ingenio que emerge de la Universidad de Tampere, en Finlandia, propone una alternativa revolucionaria para esa tecnología.
El invento es un panel con capacidades táctiles que prescinde de electricidad. ¿Cómo logra funcionar sin los sensores tradicionales? El secreto son sus canales neumáticos, según explican los investigadores. Un detalle relevante: es el primero en su especie.
Creado enteramente con silicona, este panel revolucionario tiene 32 canales que se adaptan al tacto. No solo detecta la posición de un dedo y la fuerza que ejerce. Además, es lo suficientemente preciso como para reconocer letras escritas a mano sobre su superficie y para identificar múltiples toques en simultáneo.
¿Qué ventajas supone este paso? De acuerdo a Vilma Lampinen, investigadora en la Universidad de Tampere que participó en este desarrollo, “los sensores electrónicos pueden dejar de funcionar en condiciones extremas, como en un campo magnético fuerte”, mientras que esta alternativa no se ve afectada bajo esas condiciones “lo que la hace ideal para su uso en dispositivos como los aparatos de resonancia magnética”.
Según el comunicado de la institución finlandesa, este avance es especialmente útil en el campo de la medicina. Por caso, permitirá que se realicen biopsias durante una resonancia magnética. “El dispositivo neumático también se puede utilizar en condiciones de fuerte radiación o en las que incluso una pequeña chispa eléctrica podría causar un grave peligro”, indican los especialistas.
Otro aspecto ventajoso está relacionado con la flexibilidad del panel táctil no eléctrico. Con esta característica, permite la integración en tecnologías y/o procedimientos que no admiten “electrónica dura”. Por caso, serían de gran utilidad para el campo de la robótica blanda, un área de investigación que procura dotar de mayor sutileza a las máquinas, por ejemplo para la manipulación de objetos frágiles y para interacciones seguras con humanos.
Hay más aplicaciones posibles. “Las manos robóticas blandas podrían usarse para reemplazar las manos protésicas actuales en, por ejemplo, las líneas de producción (…) Son más seguras, más ligeras y potencialmente más baratas de fabricar. Los sensores táctiles alrededor de la mano también permitirían un agarre más delicado”, explica Lampinen.
La investigación que resultó en esta innovación se publicó recientemente en la revista Advanced Intelligent Systems.
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