En ese marco, sugirieron que el motivo de los asesinatos podría deberse al robo de aproximadamente tres kilos de cocaína por parte de las jóvenes argentinas. Los funcionarios remarcaron que ambos sospechosos integraban una estructura dedicada al narcotráfico y al sicariato, que fue desarticulada gracias las detenciones llevadas a cabo.
Zenón Loayza, jefe de la Dirección Antidrogas, fue el encargado de hablar con la prensa y precisar la información y advirtió que los detenidos fueron localizados en Lima tras un trabajo conjunto con la Policía de la provincia de Buenos Aires, en particular con el comisario mayor Flavio Merino.
Loayza explicó que uno de los apresados en Perú es un ciudadano argentino identificado como Matías Ozorio, que no registraba ingreso legal al Perú y que, por ese motivo, será sometido a un procedimiento de expulsión “en el más breve tiempo posible”.
El otro detenido, el joven peruano de 20 años conocido como el Pequeño J, quedará bajo custodia de las autoridades peruanas mientras se formaliza el pedido formal de extradición que solicitaría la Justicia argentina en las próximas horas.
El operativo que permitió dar con los sospechosos, según informaron, concluyó en la zona del cono norte de Lima, tras detectarse que allí esperaban reunirse. La policía peruana ya contaba con órdenes de captura internacional y utilizó tareas de inteligencia para localizarlos. En el caso del Pequeño J, el seguimiento comenzó días antes y permitió establecer que había ingresado al país desde Bolivia, por la frontera de Desaguadero, con un trayecto que incluyó Puno, Arequipa y Chala hasta llegar a Lima.
El joven fue finalmente hallado en el kilómetro 58 de la Panamericana Sur, en el puente Chilca, escondido en la cabina de un tráiler que transportaba pescado hacia la capital peruana. Los investigadores aseguraron que su destino final era la ciudad de Trujillo.
El inspector general de la Policía Nacional del Perú, Jhonny Veliz Noriega, indicó que el ciudadano peruano sería el líder de una red criminal dedicada al narcotráfico y al sicariato. “Él sería una tercera generación, porque su abuelo y padre también estarían referidos por esos mismos delitos”, dijo. Y agregó: “Esta red criminal ha sido desarticulada. Hasta el momento, se llevaron a cabo 10 capturas, 7 de las cuales han sido en Argentina, una en Bolivia y dos muy importantes en Perú“.
Loayza, por su parte, también aclaró que la extradición de Pequeño J dependerá de la celeridad con que actúen las autoridades de ambos países. “Todo depende de la agilización del pedido que haga la Argentina y de las autoridades, tanto de allá como del Perú, para agilizarlo”, sostuvo.
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