Murió la reina Isabel II. 96 cañonazos en homenaje a sus años vividos
Cañonazos en el exterior del Palacio de Buckingham y otros lugares emblemáticos del Reino Unido después de la muerte de la reina Isabel II de Gran Bretaña, quien murió el jueves.
Noventa y seis salvas de cañón, una por cada año de su vida, disparadas simultáneamente desde varios puntos emblemáticos del Reino Unido despidieron este viernes a la Reina Isabel II, la monarca británica más longeva, que el pasado 6 de febrero cumplió siete décadas en el trono.
En Londres, el Ejército disparó la andanada desde Hyde Park y la Torre de Londres, mientras que también hubo cañonazos desde los castillos de Edimburgo (Escocia) y Cardiff (Gales) y en otras ubicaciones como Belfast (Irlanda del Norte), Plymouth y Gibraltar, además de en buques en el mar.
La muerte de la soberana también es conmemorada hoy por la Cámara de los Comunes británica, cuyos diputados guardaron un minuto de silencio a mediodía y le rendirán tributo hasta las diez de la noche.
Al iniciar el homenaje, la nueva primera ministra británica, Liz Truss, destacó que Isabel II fue una de “los grandes líderes que el mundo ha conocido” y dijo que “reinventó la monarquía” para la edad moderna.
Su primogénito, de 73 años, será proclamado oficialmente rey Carlos III el sábado en un acto en el palacio londinense de St James.
La Reina Isabel II, jefa de Estado del Reino Unido y 14 países de la Commonwealth, falleció este jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral, tras siete décadas de reinado en las que capeó numerosas crisis de una monarquía que ahora abre un nuevo capítulo.
Era “una soberana querida y una madre amada”, su muerte es “un momento de gran tristeza para mí y para todos los miembros de mi familia”, dijo su hijo mayor Carlos, de 73 años, quien se convirtió automáticamente en el nuevo monarca bajo el nombre de Carlos III.
Él y Camila, la nueva reina consorte, pasaron la noche en Escocia y regresan a Londres este viernes, informó el Palacio de Buckingham al tiempo que anunciaba el fallecimiento.
El deterioro de la salud de Isabel II se aceleró en los últimos días. El martes había recibido al primer ministro dimisionario, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en Balmoral, renunciando por primera vez en su largo mandato a celebrar este acto protocolario en Londres, para evitar un viaje de 800 km.
Dos días después, sus médicos se declararon “preocupados por la salud de su majestad y recomendaron que permanezca bajo vigilancia médica”.
Inmediatamente viajaron hasta Escocia sus hijos y nietos, incluidos el príncipe Harry y su esposa Meghan, que se encontraban en Londres para un acto caritativo, pese a que viven en California desde que en 2020 abandonaron la monarquía británica asestando un duro golpe a la institución.
La muerte de Isabel II fue “una gran conmoción para la nación y para el mundo”, aseguró Truss el jueves en un breve discurso a las puertas de Downing Street, mientras llovían mensajes de condolencias de todo el planeta, desde el presidente estadounidense Joe Biden hasta el ruso Vladimir Putin.