Ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos 2024: la inauguración de las olimpiadas en París y todo sobre la participación de Argentina este 26 de julio
- Sin actividad deportiva, todo giró alrededor de un show majestuoso y del pebetero volador.
- La delegación argentina hizo su emotivo ingreso en barco.
- La impresionante presentación de Lady Gaga y la conmovedora aparición de Celine Dion.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 vivieron este viernes una inolvidable ceremonia inaugural. El fuego olímpico iluminó el cielo de capital elevado en un globo aerostático que sostendrá el pebetero durante la competencia, el punto culminante de una apoteótica ceremonia a lo largo del Sena, la primera de la historia fuera de un estadio, que estuvo deslucida por la lluvia pero no evitó el delirio de los asistentes, que culminó con Celine Dion cantando el Himno al Amor, de Edith Piaf, desde las alturas del Torre Eiffel.
La ex atleta Marie-José Perec, triple oro olímpico, y el judoca Teddy Renier, que buscará el cuarto en la capital francesa, encendieron el pebetero, colofón de un relevo final que comenzó Zinedine Zidane, continuó con el tenista Rafa Nadal y sumó a otras grandes figuras del deporte, como Serena Williams, Nadia Comaneci o Carl Lewis, además de a un puñado de medallistas franceses, como Tony Parker, Amélie Mauresmo o el ciclista Charles Coste, nacido en 1924, la última vez que los Juegos pasaron por París.
Charles Coste, la leyenda que ayudó a encender el pebetero “volador” de los Juegos de París 2024
Antes que Celine Dion emocionara a todos desde la Torre Eiffel con su versión del Himno al Amor, el clásico de Edith Piaf, sucedió otro momento memorable en la fastuosa ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024. Fue cuando el judoca Teddy Rinner y la ex atleta Marie Jose Perec encendieron el pebetero que iluminará la competencia desde un globo aerostático que “flota” desde el Jardín de las Tullerías.
Los dos fueron el último relevo de la antorcha y recibieron la llama de manos de un anciano en silla de ruedas. Ese hombre era nada menos que Charles Coste. Nacido en 1924, la última vez que los Juegos habían pasado por la capital francesa, es además un campeón olímpico con todas las letras -el más longevo de su país- porque en la cita de Londres 1948, como ciclista, ganó una medalla dorada. Una leyenda viviente.
fuente Diario Clarin