Entre Néstor, Cristina y Macri se “fugaron” u$s172.369 millones

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Esta cifra surge tras conocerse el resultado del Balance Cambiario del BCRA del primer semestre del 2019 donde la “formación de activos externos del sector privado no financiero (FAE)” arroja un total de u$s10.881 millones.


En lo que va de la gestión de Cambiemos el nivel de atesoramiento del sector privado, o sea, la compra (legal) de divisas que salen del circuito financiero, asciende ya a u$s70.210 millones.
 Esta cifra surge tras conocerse el resultado del Balance Cambiario del BCRAdel primer semestre del 2019 donde la “formación de activos externos del sector privado no financiero (FAE)” arroja un total de u$s10.881 millones. Es decir que en la previa de las PASO, mensualmente, se han ido u$s1.814 millones. Para el Gobierno y algunos analistas el sector privado ya se dolarizó todo lo que quiso, por eso descuenta que el segundo semestre será más benigno. Veremos. Porque aún quedan varios cartuchos en los cargadores de las familias y empresas. Encima, todavía falta “lo mejor”. Ya que tras las PASO se verán los primeros fuegos de artificios cambiarios para entrar de lleno a la recta final del 27 de octubre. Es cierto que los “nuevos” plazos fijos en pesos apenas representan u$s6.000 millones, pero gran parte del stock existente, hoy de más de $1,5 billones, algo así como u$s28.000 millones, también viene “jugando” con la opción tasa vs. dólar. ¿Cuánto de eso se volcará al dólar? Es la pregunta del millón. Su respuesta dependerá del tenor de las PASO y de las encuestas preliminares a octubre. Por lo pronto, el BCRA sigue agazapado, esperando un verdadero test del mercado. Como cuando el 11 de mayo del 2018 lo pusieron a prueba a Sturzenegger, que vendió u$s1.095 millones en una sola jornada. El resto es conocido. Lo que está claro es que en las pulseadas, entre el BCRA y el mercado, solo pierde la gente.

No es algo de este gobierno y del anterior. Sino, por lo menos, de los últimos 50 años. Sin embargo, al analizar la reciente evolución del FAE o atesoramiento privado es insoslayable que algo se está haciendo mal. En la gestión de Néstor Kirchner se fueron vía atesoramiento u$s17.250 millones, luego en el primer gobierno de Cristina Kirchner la salida de divisas por atesoramiento sumó nada menos que u$s70.135 millones. Vale recordar que ese mandato atravesó la crisis financiera mundial. Luego en el segundo mandato, cepo mediante, la “fuga” fue aminorada a u$s14.775 millones. O sea, en todo el kirchnerismo la salida de capitales alcanzó los u$s102.159 millones. Junto con los más de, hasta ahora, u$s70.000 millones de Macri, la economía argentina “fugó” recursos por u$s172.369 millones. Casi mitad del PBI actual.

Sin duda, hasta ahora, el peor drenaje es el de Cambiemos con un promedio anual de u$s20.060 millones superando el de Cristina I de u$s17.534 millones y ampliamente el de Néstor de u$s3.450 millones. Pero más allá de estas estadísticas, se trata de un stock de recursos que se ha desperdiciado. Es un ahorro genuino del sector privado que no ha sido canalizado hacia la generación de riqueza productiva. O sea, no tuvo como destino financiar ni proyectos ni inversiones como debería haberlo hecho y para lo cual, por ejemplo, el país tenía a las “eliminadas” AFJP para cumplir ese rol, como lo hacen en Chile desde más de tres décadas.

Es importante tener en cuenta el nivel del atesoramiento porque si bien los flujos anuales confunden, sobre todo, al comparar distintos gobiernos, es relevante el stock ya que se trata no solo de un potencial ahorro que puede transformarse en financiamiento genuino sino también puede jugar como un amortiguador tanto del consumo como de la inversión local como así lo hizo al inicio de varios planes de estabilización de los 70, 80 y 90, y que lamentablemente en la gestión Cambiemos aún no jugó. Sin duda la clave es la confianza. Esto se vio principalmente en los lanzamientos de, por ejemplo, el plan austral y la convertibilidad. Si no se recupera la confianza, difícilmente los argentinos “atesorados” ingresen esas divisas al circuito financiero. Sólo resta imaginar qué pasaría si la mitad de los dólares atesorados en la era Macri se volcaran a la economía en 2020. Pero todavía es muy temprano para ello. Como dice el profesor Juan Carlos De Pablo, “¡Ánimo, ya vendrán los problemas!”.

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